viernes, 28 de enero de 2011

Capítulo 8.

Buenas tardes/noches pequeñas sanguijuelas, aquí Nat Poynter Gaskart de Iero para servirles :D
Aquí os traigo otro fantástico capítulo más de Stay Awake, y sí, finalmente hoy subo yo, que he tenido puente *_* Bueno, un puente bastante largo ya que llevo toda la semana enfermita y eso disminuye mis defensas mucho mucho. :) Pero para compensaros subo capítulo mientras escucho a mis adorados My Chemical Romance, increíbles, ¿eh? :)
Siento la charla, pero cuando me lío a hablar es un no parar, qué guay eh há! :)

Aquí tenéis el capítulo.

Pd: Patri, he subido *_* ♥.
Pd2: Patri mola.
Pd3: Soy una pelota :D


Capítulo 8. (Jamie)
2004

-Dios, dios, dios, dios… ¡Diosal!-exclamó Maggie cuando salíamos del instituto.-Tía, mira, ¡vuelven a estar ahí!
-Maggie, tía, relaja-le susurré evitando reírme.-Anda vamos…
-Eh, preciosa-exclamó una voz desde detrás de nosotras.
-¡Genial, yo tenía la impresión de que se había muerto por hijo putismo!-exclamó Maggie de nuevo y yo empecé a reírme.
-Eh, no me ignoréis-y Frank se plantó delante de nosotras.
-Hola-Maggie le sonrió, siempre sonreía a todo el mundo.- ¿Nos dejas pasar, por favor?
-Sólo sí…
-Déjanos pasar-repetí yo, y le aparté. Seguimos caminando, algo más veloces.

Alex rodeó a Maggie con sus brazos en cuanto vio como Frank nos seguía, yo me situé al lado de Jack y le sonreí levemente. Frank se paró delante de nosotros y sonrió con algo de chulería. Vi como Maggie apretaba levemente las manos de Alex.

-¿Puedo irme a jugar contigo, Maggie?-inquirió Frank con burla.
-Bueno, yo me sé un juego muy divertido-Maggie sonrió de nuevo.-Tú te vas a tu casa y yo a la mía. Hasta luego.

Y me miró, yo asentí y ella tiró de Alex, que se había puesto tenso y yo de Jack, que seguía en su propio mundo. Caminamos un par de metros en silencio, y finalmente, Maggie exhaló un largo suspiro de alivio.

-Tú eres tonta-murmuré mirandola.
-Gracias, no es nuevo-Maggie rió alegre.
-¿A qué hora tengo que estar en casa de Maggie?-pregunté mirando a Jack.
-A las cinco pasa Alex a por vosotras, pero si quieres, puedo ir con él, así no tienes que ir de sujeta velas-Jack me sonrió y observamos como Alex y Maggie volvían a ir por delante, hablando de sus cosas, otra vez.
-¿Por qué habéis vuelto a recogernos?-pregunté de nuevo.
-Alex ha dicho que hasta que a Frank no se le quite de la cabeza aprovecharse de Maggie, él no va a dejar de ir a buscaros. Es todo un caballero-comentó el chico divertido.-Entonces… ¿Hoy vienes?
-¡Claro! Me invitaste, ¿recuerdas?-le revolví el pelo divertida.
-Pero pensé que no ibas a aceptar…
-Oye, si no quieres que vaya, no voy y…
-¡No es eso!-exclamó, intentando disculparse.-Pero como no dejas de pegarme y… ¡Hoy no me has pegado!
-Ah, tiene fácil solución-comenté, y golpeé su hombro.
-¡Auch!-se quejó.-Igual que siempre…
-Siempre, siempre… Nos conocemos de hace ¿tres, cuatro días?
-Podríamos conocernos aún más si tú quisieses-susurró, y noté como su brazo se deslizaba por mi espalda y rodeaba con suavidad mi cintura.-¿Molesta?
-Si no se mueve de ahí, no… Pero yo no pienso prometerte que voy a dejar de golpearte-le indiqué.
-En el fondo, me gusta.
-¿Eres sadomasoquista?-abrí los ojos exageradamente y él empezó a reírse.-¡No te rías, joder, era una pregunta!
-Para ser pequeñita, preguntas mucho, ¿eh?
-Y tú, para ser mayorcito, eres un poco toca huevos-bufé y le quité de manera brusca el brazo de mi cintura.
-No te enfades, Jamie-dijo, y me sonrió.
-Vete por ahí-suspiré y finalmente le miré de reojo, él seguía sonriendo de ese modo.-¡Dios!
-¿Dios qué?-inquirió Jack.
-Nada, cosas mías.

Estaba bastante claro que no podría enfadarme con él, no si seguía sonriendo de esa manera. Era una mezcla entre chulo, egocéntrico, y chico dulce y tierno y… Bueno, yo me entiendo solita perfectamente.

-Oye, Magg…-comentó Alex desde delante.-¿Sólo vas a poder quedarte dos canciones?
-¿Quieres que me quede más?-inquirió mi amiga mirándole.
-Sería guay, sí, pero si tienes que estudiar…
-Tiene que estudiar-grité yo desde detrás. Ambos se giraron para mirarme y Jack y yo empezamos a reírnos.-Lo siento, lo siento…
-Alex, si quieres verla más a menudo, dejala que estudie, y asi no la castigan por suspender-le aconsejó Jack divertido.
-Jack, yo no digo que vienes a acompañarme por estar con Jamie… Ops, se me escapó-Alex le guiñó un ojo a Jack y se volvió a girar para mirar hacia delante y seguir hablando con Maggie.
-Touché-susurré bajito, y él codeó levemente mis costillas.-¿Y eso?
-No sé, tú sabras…-comentó él.
-Ah, bien…-reí.-¿En serio vienes por estar un rato conmigo?
-¡No!-exclamó y sonrió.-Las chicas de tu instituto están bastante bien…
-Eres un cerdo-susurré y él me escuchó, porque sonrió.
-No, sólo… Soy un chico con las hormonas alteradas-me revolvió el pelo.
-Eh, no copies mis gestos.
-Lo intentaré-me guiñó un ojo y ambos nos detuvimos en la casa de Maggie.
-Magg, a las cuatro y media estoy aquí y eso…-le recordé a mi amiga.
-Está bien-asintió ella.
-Eh, Jamie-Jack me agarró con suavidad de la muñeca.-¿Y mi beso?
-A ti te veo a la tarde-le guiñé un ojo y me despedí de Alex con un gesto de la mano.-Nos vemos luego.
-Chao Jamie-se despidió Maggie.
-Hasta luego-gritaron Alex y Jack al unísono.

Me marché sonriendo divertida. Jack y Alex yendo a buscarnos todos los días… No, demasiado irreal. Seguro que Jack se cansaba antes o algo por el estilo… Así que, esa tarde iba a ir a un ensayo de All Time Low… Bueno, no era un mal plan. Además, así vería al batería, ¿cómo se llamaba? ¡Rian! Eso es, Rian. Rian y su sonrisa blanca, que podría hacer perfectamente un anuncio de pasta dental.
Reí ante mi propio chiste y metí las llaves en la cerradura de la casa.

A las cuatro y cuarto salí de casa, sí, estaba bastante nerviosa y me había cambiado de ropa, pero aun no entendía por qué tenía que estar nerviosa.  Llamé al timbre de la casa, y mi amiga me recibió con una sonrisa.

-¿Lista para volver a escucharles?-preguntó alegre.
-¿Lista para volver a ver a Alex?-contraataqué divertida.
-Vete a dar una vuelta eh-rió.
-En el fondo, me quieres-sonreí.

jueves, 27 de enero de 2011

Capítulo 7.

¡Hola! Aquí me tenéis una tarde más subiendo... hoy no me encuentro genial: dolor de cabeza, examen de historia por estudiar, el tobillo me está matando y para colmo me han dado las notas de mitad de evaluación, que podrían estar mejores.
Sin embargo, ello no me impide subir, así que por qué no haceros felices a vosotros? <3

PD: Felicitad a Nat, ¡¡¡¡al fin es pioneer!!!!

Capítulo 7. (Maggie)
2004

Jamie no tardó en irse. Estuvimos hablando largo y tendido sobre Alex, Jack y el resto del grupo. Hicimos el trabajo mientras tanto, pero tras elegir el conjunto que me pondría aquella tarde, se despidió y se fue a su casa. Me estaba desvistiendo para entrar en la ducha cuando me llegó un SMS de Alex.

A las seis menos cinco estoy en la puerta de tu casa.

Y así fue. A esa hora, bajé las escaleras corriendo y, tras despedirme de mis padres, cogí el abrigo y salí. Él me esperaba de pie en la puerta. Guapísimo, como siempre.

-Buenas -me sonrió él-. Estás muy guapa.
-Gracias -noté cómo me sonrojaba. Dios, Magg, reacciona, ¡sólo es un chico más!-. Tú tampoco estás mal.

Él me sonrió y emprendimos el camino hasta el centro de la ciudad.

-¿Sabes? Jack ha invitado a Jamie al ensayo de mañana. ¿Tú vendrás? -me preguntó.

Dios. Sabía que lo diría. Ya lo había hablado con Jamie. Ella sólo tenía que entregar un trabajo de español (la muy suertuda no hacía exámenes finales de esa asignatura), pero yo tenía un examen de francés, con literatura incluída. Si iba, sería con el libro de francés y como mucho me quedaría durante dos canciones. Se lo expliqué de aquella manera a Alex, que pareció entenderlo y me dijo que no pasaba nada.

-Ya vendrás otro día, ensayamos dos horas, siete días a la semana, trescientos cincuenta y nueve días al año.
-Hala, ¿y esa exactitud? ¿Por qué no los trescientos sesenta y cinco?
-Porque en Navidad, Año Nuevo y en nuestros cumpleaños no es plan de ponerse a ensayar -rió.
-¿Y hoy no ensayáis?
-Claro. Ya hemos ensayado. Desde las... tres hasta las cinco.

Llegamos a la cafetería y nos sentamos en una mesa que había junto al escaparate. Me encantaba el ambiente que había en la calle. Ya estábamos en la primera semana de adviento, y todas las luces estaban puestas, y las personas, comprando los regalos. Era genial.

-¿Qué quieres? -me preguntó Alex, sacándome de mi ensimismamiento. El camarero estaba parado con una libretita y un bolígrafo.
-Un café bombón, por favor -sonreí.
-Yo una manchada -dijo él.

El camarero nos sonrió y se alejó. Nos miramos a los ojos. No sé cuánto tiempo permanecimos así, pero me gustó. Cada vez que nos mirábamos, era como si nos conociéramos desde hacía años, me infundía una confianza tan grande que me llegaba a asustar. Sin embargo, la cruda realidad era que nos conocíamos desde el sábado, y que sabía más bien poco de él.

-Bueno, ¿cómo vamos a organizar las clases de guitarra? -me preguntó.
-Pues hasta el miércoles que viene... Es que los exámenes acaban ese día. A partir de ahí, cuando quieras, con el horario que te plazca.
-¿Y si te las doy los fines de semana? Incluídos los viernes. Y después, recogemos a Jamie y os venís a los ensayos.
-Me parece genial -sonreí-. Si quieres, los viernes nos puedes recoger de clase, te quedas a comer en mi casa y me das la clase. ¿Te hace?
-Mucho. ¿A tus padres no les importará?
-No, ellos saben diferenciar entre amigos y... bueno, como dicen ellos, "amigos especiales" -reímos-. ¡Oye! No me has dicho adónde tenermos que ir mañana.
-Porque no hace falta -rió-. Pasaré a buscaros en coche.
-Joder, pareces un taxista...
-Cuando acabe el mes, os pasaré la factura.

Los dos reímos y tomamos un sorbo de los cafés que nos había traído el camarero.

-¿Y mañana de qué tienes examen? -me preguntó, con una sonrisa.
-Sólo tenemos que entregar un trabajo de literatura, que ya lo hemos terminado Jamie y yo.
-¿Inglesa?
-Sí. ¿Vosotros no tenéis finales?
-No, sólo tenemos recuperaciones después de las vacaciones de Navidad. ¡Por cierto! El 24 por la noche damos un conciertillo en el pub Rock&Drink, si queréis veniros... aunque antes tenemos otro el 17, en un cumpleaños. Podemos colaros si queréis...
-¡Sería genial!

Él sonrió y le dio otro sorbo a su café.
¿Quién me habría dicho el viernes que estaría tomándome un café con un chico al que sólo conozco de una tarde? Y, para colmo, me había recogido de clase. Dios, Magg, cálmate.

Pasamos un par de horas entre risas, anécdotas y miradas. Me invitó al café, y luego me acompañó a casa.

-¿Tú crees que podríamos calificar esto como cita? -me preguntó, pillándome desprevenida.
-Pues no sé -reí-. Supongo, ¿no?
-Vale, entonces... ¿puedo pedirte una segunda cita? -sonrió.
-Mmm... creo que sí. Cuando quieras.
-Mañana lo hablamos -dijo, cuando llegamos a la puerta de mi casa.
-Gracias por todo, y por lo de esta tarde.

Le di un abrazo y le besé la mejilla.

-Mañana a las cinco aquí, ¿vale?
-Claro -contesté-. ¡Hasta mañana!
-Hasta mañana.

Entré a casa y, tras cerrar la puerta, miré por la mirilla. Alex se quedó unos segundos parado y, tras respirar profundamente, se marchó. Me apoyé en la puerta. ¿Había sido real? ¿Enserio? ¿Había tenido una cita con Alex? ¿Iba a tener otra? Suspiré. Qué increíble.
Subí las escaleras corriendo y cogí el teléfono, para llamar a Jamie, que recibió con bastante entusiasmo y alegría la noticia.

martes, 25 de enero de 2011

Capítulo 6.

Aquí estoy yo, Nat :) Dándoos la bienvenida a esta nueva semana.


Pasadlo bien! :)


Capítulo 6. (Jamie)
2004

Cuando Frank se marchó, todos nos quedamos sin saber qué hacer. La verdad, la situación no era para nada agradable. Maggie había abrazado a Jack, pidiéndole que los separase, pero ahí me di cuenta de que Jack no podría, claramente, ¡era un fideo!
Pero Alex paró y abrazó a Maggie, eso pareció reconfortarla algo.

-Yo también te puedo dar un abrazo-comentó Jack mirándome con una sonrisa.
-Bueno…-me encogí de hombros y dejé que me abrazase, pero el muy idiota, en vez de colocar sus manos en mi espalda, me agarró el culo. Le solté una gran bofetada y me separé de él, sonriendo irónica.-Eso, por imbécil.

Me giré para mirar a Alex y a Maggie. Seguían abrazados, y Maggie se había calmado, que cucos.
Tiré levemente de la manga de la chaqueta de Maggie y me miró, con los ojos algo rojos, le conté que era mejor que nos fuésemos, y finalmente asintió y nos marchamos de allí.
El camino hacia casa no fue para nada silencioso. Maggie y Alex iban delante, hablando de guitarras, y Jack y yo íbamos detrás, hablando de All Time Low.

-Pues, no nos costó demasiado montar el grupo, ya sabes, si de verdad es lo tuyo, surge solo y así-comentó sonriente. Parecía un niño pequeño.
-Vaya…-no se me ocurría nada que decir, inteligente, Jamie.
-Pues, yo tengo una Fender, es preciosa pero… No sé tocarla-confesó Maggie algo avergonzada, yo sonreí de lado.
-Yo puedo enseñarte, sólo si quieres, claro-Alex metió sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón y le sonrió.
-Yo también puedo enseñarte, Jamie-Jack me sonrió divertido, y yo alcé una ceja.-A tocar la guitarra, eh.
-Tú no sirves, simplemente sirves para tocar tetas, y créeme, que no van a ser las mías-le sonreí irónica.

Aun no entendía por qué Maggie me había dejado abandonada con Jack, bueno, abandonada no, porque iba delante con Alex, pero… ¡Iba hablando con el chico que me había tirado la copa encima!

-Joder, eres difícil, ¿eh? Yo sólo quería mantener una conversación normal contigo-Jack se cruzó de brazos y se hizo el pensativo.- ¿Te apetecería venir mañana por la tarde a un ensayo del grupo?
-Oh, ¿me estás invitando?-le miré con una sonrisa y él me la devolvió.
-A ti, y a Maggie, creo que a Alex le hará especial ilusión que venga ella-Jack soltó una pequeña carcajada y yo reí levemente, sin poder evitarlo.
-¿Siempre piensas en esas cosas?-pregunté curiosa.
-¿En qué?
-No sé, en sexo, en novias, en parejas…
-No siempre-se encogió de hombros.-Simplemente, veo lo que parece.
-Pero ellos no parecen pareja-comenté mirándoles.
-Sí lo parecen, no te engañes a ti misma-me sacó la lengua y yo golpeé su hombro.
-Pensé que por fin nos llevábamos bien-murmuró.
-Podemos intentarlo, si no te pasas-le indiqué.
-¿Y qué es para ti pasarse?-preguntó divertido.
-Simple, como me vuelvas a tocar el culo, prometo dejarte impotente para el resto de tus días-le sonreí alegre, y él trago saliva sonoramente.
-Joder, tú eres una chica de armas tomar-se revolvió el pelo y sonrió de lado.- ¿Y si te agarro de la cintura?
-Mientras sólo sea de la cintura…-rodé los ojos.
-Eso si tú me dejas, monada-comentó, y volví a golpearle en el hombro.- ¡Auch!
-Eres un idiota-bufé.

Jack volvió a sacar a All Time Low como tema de conversación, y llegué a pensar que era como un As cuando el guitarrista no sabía de qué hablar, aunque no le puse ninguna pega. El grupo me había gustado, y hablar de él era una forma agradable de pasar el tiempo.
Estuvimos hablando de canciones varias, las que tocaron en el concierto en la fiesta de Frank y cosas así, y por fin le pregunté por qué había acompañado a Alex a buscar a Maggie.

-Ya sabes, Frank y yo nos llevamos bastante bien, pero con lo de Maggie… Mira, no me hace ninguna ilusión que vaya forzando a las chicas a hacerlo, tiene que salir de ellas, ahí demuestras que eres realmente un galán-explicó y sonrió.-Ayer, cuando le llamasteis, Alex me llamó y me pidió que le acompañase, porque yo sé dónde estudia Frank y todo eso, y bueno, aquí esto. Acompañándoos a casa, mientras tú me pegas.
-Si quieres, te doy un beso-bufé y me crucé de brazos.
-Pues no es una mala idea-me puso ojitos y yo reí.
-Era una forma de hablar, idiota.
-Pues acláralo-exclamó y yo volví a reír.

Llegamos pronto a la casa de Maggie, y pude ver como Brooklyn se asomaba curiosa por la ventana del salón. Sonreí de lado y miré a Maggie, que me miró, suplicante.

-Puedes quedarte a comer, Jamie-me dijo, y sonrió levemente.-Ya sabes, para el trabajo ese que teníamos que hacer…
-¡Oh, sí, cierto! Casi se me olvida, qué cabeza la mía… Bueno, yo voy entrando y eso. -comenté con una sonrisa.-Hasta luego, Alex. Adiós, Jack.

Besé la mejilla del guitarrista, dejándole con una cara algo… Divertida, y en cuanto entré en la casa de Maggie, me asomé por la mirilla de la puerta.

-¿Quién es ese chico?-preguntó Brooklyn desde el salón, seguía mirando por la ventana.
-¿Cuál de los dos?-pregunté, y eché a correr hacia donde estaba ella, para poder mirar también por la ventana.
-El que habla con mi hermana. Luego me dices quién es el otro.
-Ese es Alex, es el chico del que habla Maggie, el de la fiesta-expliqué.
-Es mono.
-Sí-asentí con la cabeza.
-¿Y el otro?
-Es Jack, es tonto el pobre-reí.

Brooklyn y yo observamos divertidas como Alex abrazaba de nuevo a Maggie y besaba su frente, después de eso, Maggie entró en la casa.

-¿Lo has visto? ¡Jamie!-exclamó abrazándome.
-Sí, sí, se ha peleado con Frank, sí-reí abrazándola.
-Tengo una suerte increíblemente tonta-comentó dejándose caer sobre el sofá.
-Yo quiero un novio así-comentó Brooklyn.-Esta tarde, me lo presentas.
-Venga, vale-rió Maggie.

domingo, 23 de enero de 2011

Capítulo 5.

¡Hola hola! Soy Patri :) ¡Aquí me tenéis, domingo, 20.00h, actualizando! Espero que os guste este capítulo *_*
¡¡Tened buen comienzo de semana!!


Capítulo 5. (Maggie)
2004

La semana siguiente comenzó bien. Jamie y yo tuvimos el primer examen final (de física, menos mal que ya nos lo quitamos de encima), y el resto de las clases fueron bastante relajadas, pues los profesores decían que al estar en época de exámenes no daríamos materia, sólo repasaríamos. Aquello era imposible para nosotras, que nos tiramos toda la mañana del lunes hablando de la fiesta de Frank y de All Time Low.
Sin embargo, a la hora de la salida, algo inesperado ocurrió. Jamie me pidió que me esperara un momento porque tenía que hablar con una compañera suya de español (yo no había escogido esa asignatura, así que no podía ayudarle), y yo me fui a la verja del instituto. La esperé allí, pero alguien llegó antes que ella. Un chico alto, con el pelo negro y los ojos verdosos, se acercaba a mí. Dios, no. Era Frank.

-Eh, buenas tardes, preciosa –sonrió-. ¿Qué tal? ¿Hoy si estás dispuesta a venirte conmigo a jugar?
-Buenas tardes, estoy genial, pero ahora que estás aquí, creo que tengo ganas de potar. Sí, si quieres jugamos al juego de tú te crees genial, yo te poto encima –le guiñé el ojo.

Pero mi actitud borde no pareció afectarle, y se acercó más a mí, para susurrarme al oído:

-Ahora tu héroe Alex no está aquí, ¿no?
-No, pero estoy yo con ella –dijo Jamie-. Y espero que no te vuelvas a acercar a ella, porque mi rodilla acabará incrustada en tu aparato reproductor y te quedarás impotente para toda tu vida. ¿Está claro?

Aquella amenaza sí que surgió efecto y, maldiciendo, se fue. Abracé a Jamie. Había tratado de camuflar todo el miedo que sentía con frases bordes pero… no podía evitar sentirme amenazada. ¿Y si Frank volvía y estaba sola? No quería saber lo que podría ocurrir.

-Venga, vamos a casa. Lo primero que haremos será llamar a Alex y decírselo, a ver si a él se le ocurre algo. Luego, a comer y ¡a hincar los codos! –sonrió Jamie.

Sabía que trataba de hacerme reír, pero no veía nada de seguro en ese plan. Tenía miedo. Seguro que Alex se desentendía del tema y no quería saber nada más de mí ni de Frank…

-Anima esa cara, Magg, o no llamo a Alex –me amenazó mi amiga.

Reí y la abracé. Al menos sabía que no estaba sola.
Al llegar a casa, vimos una nota en la cual ponía que mis padres estaban comiendo fuera, y que a las cinco vendrían a por mi hermana para ir a la reunión con su tutor.

-¿Brooklyn? –llamé. Mi hermana mayor se asomó por la barandilla.
-¡Hola! ¡Hola, Jamie! ¿Qué tal el día?
-Bueno… ha vuelto a aparecer Frank a la salida de clase –suspiró Jamie-. Pero he hecho mi aparición heroica y he salvado a tu hermana –rió.
-Sí –suspiré yo también-. Pero bueno, ¿qué le vamos a hacer? El niño salió tonto…
-Venga, déjame tu móvil.

Lo cogí de la mesita del salón y se lo tendí. Dejamos las mochilas en el suelo y ella buscó el número en la agenda.

-¡Hola! No, soy Jamie… Sí, exacto. ¿Cómo lo sabías? –vi cómo sonreía-. Bueno, pues mañana por la tarde si quieres puedes venirte con nosotras a tomar un café o algo. Bien, pues ya está. ¡Ciao! –colgó-. Mañana a las seis tienes cita con tu héroe, ponte guapa, ¿eh?
-Sí, venga… pero tú vienes también, ¿no?
-Claro que no –rió-. ¿Te piensas que voy a ir de sujeta velas?
-Pues que vaya Jack.
-Sí, hoooombre, para que me tire encima el café.

Después de comer, nos tocó estudiar historia a fondo, y después de cenar, ella se tuvo que ir a su casa.
A la mañana siguiente, el examen nos salió genial. Habíamos estado estudiando bastante y había dado sus frutos, por lo que el resto de la mañana estuvimos felices. Intentábamos evitar a Frank lo máximo posible, y pareció dar resultado.
A la salida, íbamos lentamente hacia la verja, hablando con tranquilidad de nuestras cosas.

-¿Qué crees que me dirá Alex hoy? –pregunté. Llevaba todo el día con la misma pregunta en la cabeza.
-Pues no sé, supongo que te dirá algún plan o algo –me dedicó una de sus blancas sonrisas-. ¿Qué te pondrás?

Iba a contestar, pero una persona desvió mi atención. Un chico moreno con mechas en el pelo, bastante alto y con ojos castaños nos miraba en la puerta. A su lado, Jack estaba mirando a las chicas que pasaban por su lado. Agarré el brazo de Jamie.

-¿Los has visto? –susurré.
-Sí, tía…

Nos acercamos, y sonreí nerviosa a Alex.

-Hey –saludé-. ¿Qué hacéis aquí?
-Alex no quería que Frank te hiciera nada, y ha venido para prevenir –contestó Jack.
-¿Enserio? –le miré, atónita.
-Sí, bueno… conocemos a Frank, sabemos cómo es y no quería que pasara nada.
-Hablando del rey de Roma… -murmuró Jamie.
-Eh, hola Magg –dijo Frank, entrando en escena-. Anda, hola Alex. ¿Te importa si Magg y yo nos vamos a divertirnos?
-Sí, me importa. Te advertí, y no me hiciste caso –dijo él. No lo había visto tan furioso. Se había acercado a él y sus manos colgaban a los lados de su cuerpo, hechas un puño.
-Bueno, pero ella no es nada tuyo, puedo hacer lo que quiera con ella –dijo Frank con una falsa sonrisa.
-¿Acaso es un objeto? Frank, aléjate de ella, porque si no lo haces te arrepentirás.
-¿Sí? ¿Qué me vas a hacer? ¿Pegarme con tu guitarrita?

Uno de los puños de Alex aterrizó en la cara de Frank. No, no podía estar ocurriendo eso. ¿Se estaban peleando por mí? Frank le devolvió el puñetazo, y comenzó una pelea. Me abracé entre lágrimas a Jack, pidiéndole que les separara, pero él no fue el que les separó. Al mirarme a los ojos, Alex paró y, tras mirar a Frank amenazadoramente, éste se fue. Alex me abrazó para mi sorpresa, susurrándome “perdón”.
Le devolví el abrazo y, con cariño, le besé la mejilla.

jueves, 20 de enero de 2011

Capítulo 4.

Bueno, bueno, bueno... JUEVES, lo que significa que mañana es VIERNES, y pasado SÁBADO, fuck yeah, el weekend ya está aquí.
Pues HOLA, I'M NAT FUCKING POYNTER GASKARTH IERO y no sé cuántos apellidos más, I know, molo. Bien, este es el capítulo cuatro, princesitas, y principitos :D Y lo subo antes de que Patri me degolle o me decapite o me meta en la guillotina o me clave un hacha en la cabeza y eso... :P


Capítulo 4. (Jamie)
2004

-Dios, me ha encantado-dije en cuanto me situé junto a Rian.
-Vaya, gracias-él sonrió. Tenía una sonrisa preciosa.- ¿Y cuál te ha gustado más?
-¿De las que he escuchado?-me quedé pensativa, intentado averiguar el nombre.-Memories that fade like photographs creo, se llama así, ¿no?
-Sí, sí. Veo que tienes buena memoria-y volvió a sonreír.-Me alegro de que tu amiga pudiese arreglar más o menos el estropicio que causó Jack, es un torpe.
-¡Oye, que sigo aquí!-gritó el aludido. Estaba cerca de nosotros, hablando con una chica bastante mona.
-No te preocupes-le sonreí de vuelta.-Ya me di cuenta de su torpeza. De todos modos, Maggie siempre tiene una excelente idea para algo.
-Parece ser que ella y Alex han hecho buenas migas-notó Rian, mirándome.- ¿Te apetece algo de beber?
-Está bien, cualquier cosa-dije y giré a mi alrededor buscando a Maggie.-Magg ha desaparecido… Mierda.
-Está con Alex, han salido hace un par de minutos-me informó.

Ambos fuimos directos a por algo de beber. Yo conseguí una fanta, no es que fuese una gran fan del alcohol, y tampoco presté demasiada atención a lo que él pidió. Después regresamos de nuevo al escenario, donde estaba Zack hablando con una chica, poco después, esa pareja también desapareció de nuestra vista y Jack vino corriendo hacia nosotros, exaltado.

-¿Qué ocurre?-Rian le miró raro.
-No tengo globitos…-Jack le puso ojitos y yo empecé a reírme.-No te rías.
-Ya me imagino porque no te quedan-conseguí decir.-Seguro que no esperabas esto, y decidiste guardarlos en casa.
-No es por eso-se defendió él.-Es porque los he gastado todos.
-Ya, a mí me ha pasado lo mismo-Rian le sonrió. Joder, qué sonrisa. Tan… Blanca.-Hoy te quedas sin mojar.
-¡A pelo!-exclamó Jack aun más emocionado.
-Oh dios, muy desesperada tiene que estar esa chica para que te lo deje hacer a pelo.
-Eh, Jamie, también hay para ti si quieres-codeó mis costillas con suavidad y yo le golpeé en el pecho.-Auch.
-Baja ese ego, imbécil-bufé.-Encima de torpe, imbécil. ¡Qué buen plan!
-Joder, me dejas por los suelos… Bueno, espera-Jack se hizo el pensativo mientras Rian se reía.-Nah, creo que necesitaría algo más que una cría para bajarme el ego. Y tú no te rías, bobo.

Y dicho esto, desapareció, dejándome a mí con un Rian riéndose a más no poder. Miré mi reloj, les prometí a mis padres que no estaríamos muy tarde en casa, pero de todos modos, no creía que se enfadasen.

-¿Tienes toque de queda?-preguntó el batería sonriéndome. Qué dejase de sonreír, por favor.
-No creo, vamos, no me imagino tener toque de queda, pero les prometí no llegar demasiado tarde, y además, Maggie se queda a dormir en mi casa y tengo que encontrarla todavía y…
-Y yo te ayudo-me miró a los ojos.-Así, puedo conocerte un poco más.
-No sería muy justo que tú me ayudases a buscar a Maggie, dos veces en una sola noche…
-Es que tu amiga es muy escurridiza-él mismo se rió levemente de su propio chiste.-Anda vamos, seguro que Alex le estará contando cosas del grupo. Le encanta contar cosas de All Time Low.
-Me lo imagino…-Sonreí.

Ambos recorrimos la casa de arriba abajo, hablando de cosas sin sentido, riéndonos o bien, hablando de nuestros gustos, la música, los helados… Le conté que adoraba la fotografía, y que la cámara era algo que nunca dejaba en casa, sólo que no veía muy apropiado llevarla para esa fiesta. Él me dio la razón, y me sonrió de nuevo. Me gustaba su sonrisa, era blanca, perfecta, y te inspiraba confianza, no sé como lo hacía.

-¿Dónde más nos queda por buscar?-pregunté apoyándome en la pared.
-En el porche, ¿no? Creo que es el único lugar donde no hemos mirado. Creo que ya me conozco esta casa mejor que la mía-y volvió a sonreír.

Bien, le hice caso. Ambos recorrimos el salón, evitando a todos aquellos que iban con más alcohol que sangre por las venas, y salimos al porche. Miramos a todos lados, y por fin vimos el pequeño sofá, apartado de la gente. Alex y Maggie hablaban y se reían. Parecían pasárselo bien.

-Disculpa, Romeo-comenté acercándome a ellos. Maggie me miró mal.-Pero… Magg, ¿sabes qué hora es?
-Pues no, jefa, no tengo reloj-me sonrió divertida.
-Deberíamos irnos, ya-le recordé y me crucé de brazos.
-Jo, cuando mejor me lo estaba pasando-lo dijo todo con voz de niña pequeña, y Alex se empezó a reír.- ¡No te rías, bobo!
-Es que es muy gracioso-y otra vez a reír.
-¿Nos vamos?-volví a preguntar, y noté como mi móvil vibraba.-Por favor, Magg, seguro que es mi madre…
-Está bien, está bien-suspiró y se levantó del sofá al mismo tiempo que Alex.
-Me lo he pasado realmente bien ayudándote a buscar a tu amiga-Rian sonrió.-Espero verte en otra ocasión, eh.
-Y yo-sonreí viendo como volvía a entrar dentro de la casa.
-¡Alex, te espero dentro!-gritó Rian antes de perderse entre la gente por completo.
-Bueno…-Maggie se frotó el cuello, estaba nerviosa. Yo sólo sonreí de lado mirándoles.-Gracias de nuevo, Alex.
-No te preocupes, boba-Alex le sonrió y Maggie besó su mejilla.-Yo te llamo, o me llamas tú o…
-Sí, sí, creo que lo ha cogido-rodé los ojos y tiré de Maggie, que se quedó observando como Alex entraba en la casa.
-Ha sido épica-comentó mientras ambas corríamos hacia el coche de mi madre, que esperaba aparcado en la esquina de la calle.

Entramos y saludamos a mi madre. Fue un trayecto lleno de preguntas acerca de al fiesta, del grupo, de la gente que había ido. Mi madre me preguntó por la camiseta, y le dije que la había dejado en casa, porque no me combinaba bien. Después de mucho pensarlo, pareció darlo por válido.
Cuando llegamos a casa, Maggie y yo nos pusimos el pijama y nos dejamos caer sobre nuestras camas y suspiramos, finalmente, nos reímos al recordar lo que había pasado esa noche.

-Tía, la voz de Alex, es…
-Lo sé-susurró Maggie con voz soñadora.-Es increíble.
-Es tu héroe, ¿no?-reí lanzándole una almohada.
-Bah, cállate ya, pesada-rió, acomodándose.-Buenas noches, amiga.

martes, 18 de enero de 2011

Capítulo 3.

Holaaaaaaaaaaa, aquí Patri actualizando :P Qué tal lleváis lo poquito que llevamos de semana? Espero que este capítulo os anime y os saque un poquito de la rutina :)
Besitos, y comentadnos en nuestros twitters (@alltimepatri y @thisisnaaat) o aquí! :D

Capítulo 3. (Maggie)
2004

Nos acercamos al escenario. No nos fue muy difícil asegurarnos un sitio cerca, porque la mayoría de los invitados preferían quedarse atrás bailando. Bah, mejor. Más cerca les tendríamos.
El escenario que Frank se había apañado no era grande, pero suficiente como para que ellos tocaran libremente y sin agobios. Sonreí al ver a Alex subirse con su guitarra eléctrica, él me miró a los ojos y, tras guiñarme, se llevó el micrófono a los labios.

-¡Buenas noches! –saludó-. ¿Cómo estáis? Somos All Time Low, y esperamos que saltéis mucho esta noche.

Observé cómo Jack comenzaba a tocar unos acordes, y Rian y Zack les acompañaron, el primero con la batería y el segundo con el bajo. Alex comenzó a tocar un poco después.
Alex empezó a cantar. MADRE MÍA. ¿De dónde sacaba esa voz el chico? Jamie y yo nos miramos alucinando. Alex tenía una voz bonita de por sí, ¿pero cantando? Era demasiado. La canción era muy cañera y a mí, por lo menos, me encantó.

-¿Os gusta? –un grito afirmativo le respondió a Jack-. Esa se llama The Party Scene, la siguiente será Lullabies, que está escrita totalmente por Alex.

El mencionado le miró y, con una sonrisa, comenzó a tocar. El ambiente era genial, todo el mundo se había agolpado y, sin empujar ni nada por el estilo, o bien bailaban o saltaban al ritmo de la música. Sin embargo, esta canción parecía ser más suave, y algún que otro personaje sacó un mechero y lo ondeó en el aire, como hacíamos la mayoría con nuestros brazos. Pero la canción se volvió más cañera, y no pude evitar fijarme en que Alex tenía los ojos cerrados la mayor parte del tiempo. ¿Qué significaría esa canción para él? Jack había resaltado aquello de que la había escrito él solo… Se lo preguntaría después.
Después de esa canción, todo fue más rápido y cañero. Tocaron una cuyo nombre tenía algo que ver con las fotografías y los recuerdos, que le encantó a Jamie. Después de esa, tocaron una de la que sí recordé el nombre: The Next Best Thing. Alex no dejó de mirarme durante la canción, y una parte de mi mente me indicó que iba para mí, aunque, con desgana, me traté de convencer de esa idea. Es decir, nos conocíamos desde hacía minutos… era imposible que fuera para mí. Sin embargo, supe desde el principio que desde aquel momento, ésa sería nuestra canción.
Terminaron con otra canción, que me encantó. Se llamaba Last Flight Home y era bastante pegadiza. Todos los asistentes de la fiesta estaban pegados al escenario, pidiendo otra canción, pero los chicos no salían, así que Jamie y yo fuimos en su busca.

-¡Hey! –sonreí, chocando los cinco con ellos-. Ha estado genial.
-Sí, no sois tan malos como pensábamos –dijo Jamie, pero recibió un codazo de Jack y empezó a reír-. Es broma, sois geniales.
-Ya tenemos dos groupies –bromeó Jack, recibiendo una colleja de Jamie-. Bueno, mira Alex, tú quédate con Maggie, yo me quedaré con Jamie.

Pero Jamie le dedicó un corte de manga y se fue a hablar con Rian. Miré a Alex. Joder, era muy mono.

-Me han encantado vuestras canciones –sonreí, nerviosa. Me froté el cuello. ¿Le preguntaba lo de Lullabies?
-Gracias –dijo él, apartándose el pelo de los ojos.

Silencio incómodo… íbamos bien. Traté de romperlo.

-¿Cómo se llamaba la canción que ha dicho Jack que escribiste tú solo? –fingí no saberlo.
-Lullabies –sonrió amargamente.
-¿Por qué no has abierto a penas los ojos durante esa canción?

Me miró fijamente, y luego rió.

-¿Tanto te has fijado en mí?
-No, si te parece… ¡te tenía enfrente! –reí.
-Pues… es que esa canción es muy personal, ¿sabes? La escribí cuando mi hermano se… bueno, se suicidó.

No daba crédito a lo que estaba escuchando. Dios. ¿De veras se había suicidado su hermano? Bueno, estaba claro que no me estaba mintiendo, más que nada porque estaba muy serio y no parecía muy feliz. ¿Qué tenía que decir? Joder, Magg. Pareces tonta, eres una cotilla.

-Pero bueno, cambiemos de tema –dijo Alex, volviendo a mirarme a los ojos-. ¿Me dejas tu número de móvil? Quiero estar en contacto contigo.
-Como se enteren tus fans, creo que serviré de comida para los leones –reí, incómoda.

Él soltó una carcajada y yo saqué mi móvil del bolso. Tras intercambiar los números, nos miramos.

-¿Quieres algo de beber?
-Claro –sonreí.

Fuimos a por un vodka con limón para mí y él se tomó un ron con cola. Nos sentamos en un sofá que había en el porche, y estuvimos hablando sobre All Time Low y los futuros planes que tenían para los próximos meses.

-¿Y no estudiáis? –le pregunté-. En mi instituto, llevamos una vida como la vuestra y suspenderíamos todas las asignaturas.
-Claro que estudiamos –rió-. Jack, Rian y yo vamos al instituto Dulaney, y Zack va al Towson. No sacamos notas perfectas, y nos quedan algunas asignaturas, pero no podemos con todo a la vez. Además, ahora estamos a punto de conseguir un contrato con Emerald Records y nuestros padres lo entienden.
-Dios, ¡qué bien! Espero que lo consigáis. Seguro que vendéis bastante con vuestro primer CD.
-Sí, sería genial –dijo él, risueño, apoyando la cabeza en el respaldo del sofá y mirando al techo-. Últimamente nos están llamando para tocar en locales pequeños, y por ahora tenemos ahorrado lo suficiente como para comprar una batería nueva y dos amplificadores más. La madre de Rian nos echará de casa algún día.
-¿Vivís todos juntos? –me sorprendí.
-No, pero ensayamos allí todos los días. Podrías pasarte algún día por allí, si quieres, con Jamie.
-A ver, porque ahora estamos con los exámenes de diciembre…
-All Time Low siempre estará ahí –sonrió él.

domingo, 16 de enero de 2011

Capítulo 2.

Bueno, pequeños saltamontes o intentos fallidos de saltamontes, ;) here I am. Nat para serviros y para traeros un segundo capítulo antes de que mi co-escritora me mate por no cumplir las expectativas.
Realmente espero que os guste, porque en menos de dos semanas, teníamos casi todo el fic hasta ahora, y un montón de ideas gracias a brainstorming celebradas de madrugada.
Sé que os doy mucho la vara, so...  Are u ready? 'Cause here I go...


Capítulo 2. (Jamie)
2004

Vi a mis amigas cerca del escenario donde el grupo tocaría, la verdad es que no sabía que grupo era. Pero mientas me acercaba a ellas, atravesando la pista de baile, choqué contra alguien y ese alguien derramó su copa sobre mi camiseta nueva. Oh Dios, si Maggie se enteraba...

-Podías mirar un poquito por donde vas, ¿no?-pregunte alzando la mirada, pero el chico estaba embobado mirando mi camiseta.- ¿Hola? Mis ojos están mas arriba, eh.
-Ya, ya-balbuceó él.
-Sí, ya, ya, pero sigues sin levantar la vista. Cerdo-bufé.
-¿Jack? ¿Qué has hecho esta vez?-preguntó otro chico acercándose. Miró mi camiseta y la copa que el supuesto Jack sostenía en la mano y suspiró.-Tío, eres un torpe. Mira que te salvas porque eres bueno con la guitarra que si no...
-Sí, mucho echarme la bronca Rian, pero eres un maleducado y no te has presentado.-Y por fin el chico, me miró a los ojos y sonrió.-Soy Jack. El guitarrista.
-Y yo Rian, batería.
-Oh, yo soy Jamie, y necesito encontrar a mi amiga Maggie-me presenté. Ya desistí de ir a saludar a las otras chicas, no podía ir con esas pintas, y seguro que Maggie tenía alguna idea.
-Te acompañamos-propuso Jack, sonriente.-Así al menos, te compenso por lo de tu camiseta.
-Gracias...-murmuré no muy segura de si era buena idea.
-Anda, vamos.

Rian nos guió a ambos por todo el lugar. Buscamos en las habitaciones, en el salón, en todos los baños, incluso en un armario con una inscripción, pero nada más. Paré a Frank, que pasaba a mi lado, rumbo a no se sabe donde.

-Oye, ¿has visto a Magg?-pregunté preocupada.
-La última vez que la vi, estaba con Alex-respondió, y se marchó.
-¿Y quien coño es Alex?-Intenté hacer memoria, pero no me sonaba ningún Alex.
-Es nuestro cantante-dijo Jack, dando respuesta a mis pensamientos.- ¿Seguimos buscando?
-Sí, mejor...

Y así estuvimos un buen rato, terraza, en el interior de la carpa, en la cocina, en el salón, en... Finalmente decidimos salir al jardín, a ver si estaban allí. Y sí, estaban allí. Abrazados.

-Mírala, si parecía tonta cuando la conocí-susurré mirando a mi amiga abrazar al chico llamado Alex.
-Puedo decir lo mismo de Alex-susurró Rian sin poder evitar una sonrisita.
-Joder, Alex. ¿Ya con novia nueva?-bromeó Jack, riéndose.-No sabia que estabas tan necesitado.
-Ni yo que tú necesitabas un cerebro nuevo-Alex sonrió mirando a su amigo. Luego me miró a mí.-Soy Alex, cantante de All Time Low.
-¿Os llamáis así? Se puede acortar fácilmente... Até ele.-Comenté.-Yo soy Jamie, amiga de Maggie...
-¿¡Qué le ha pasado a tu camiseta!?-gritó Maggie mirándome de arriba abajo.
-Culpa de Jack-y señalé al chico para encogerme de hombros.-Venía a buscarte para eso...
-Genial, bien Magg, piensa...-Maggie se metió en su propio mundo. Después de un par de segundos sonrió.-Creo que tengo la solución perfecta...
-Miedo me das.
-Tranquila, vayamos al baño...-Maggie tiró de mi, pero se giró para mirar a Alex, que pareció comprenderla.
-Claro, vamos chicos, acompañémoslas, además, Jack, le debes una disculpa a Jamie.

Y nos fuimos los cinco, bueno, los cuatro, porque Maggie se fue a buscar algo. Cuando volvió, nos metimos ambas en el baño y me enseñó lo que traía, una camiseta rota, que tenía toda la pinta de ser de  la hermana de Frank y un pañuelo de esos negros.

-Quítate la camiseta, y te atas el pañuelo negro en el cuello, yo te lo ato en la espalda y te pones esto-Maggie hablaba atropelladamente, asíque le hice caso.
-¿Por qué le has pedido a Alex que nos acompañase?
-Frank me intentó meter mano-respondió ella, y me pasó la camiseta.-Pero le hostie y Alex me salvó, por decirlo de algún modo.
-Oh, genial...-No añadí nada más, me puse la camiseta y me miré al
espejo.-Tú y tus ideas brillantes.
-Soy una puta ama-sonrió ampliamente.-Anda vamos.

Y ambas salimos de allí. A fuera, los chicos nos estaban esperando, pero había un chico más con ellos.

-Él es Zack-dijo Alex al vernos, y sonrió.
-Jamie, y ella es Maggie-nos presenté.
-Eh, te queda mejor eso que la camiseta de antes-exclamó Jack.
-Gracias, teniendo en cuenta que tú me la destrozaste-le dediqué una sonrisa irónica.
-Venga, Jamie, acompáñame a por una botella de agua o algo así-pidió Maggie mirándome.
-Está bien-le sonreí y me despedí de los chicos.-Os vemos actuar luego.
-Sí-Magg sonrió y besó la mejilla de Alex.-Gracias de nuevo.

Ambas nos alejamos por el pasillo riéndonos. Salimos al jardín y sonreímos, quizá la noche no salía como teníamos planeado, pero nos lo estábamos pasando bien, y eso importaba.

-¿Me vas a contar que pasó?-le pregunte mientras nos sentábamos en el suelo.
-Cuando te fuiste, Frank me pidió que le acompañase a ver no se que cosa, y al llegar era un armario, "a 7 no sé que" o algo así, en fin, que me metió a la fuerza y quiso besarme, pero yo no le dejaba, y me quiso meter mano y di una hostia y apareció Alex-explicó y le dio un trago a su botella de agua.
-Hostias for the win-comenté divertida.
-Exacto-sonrió divertida.
-Oye, ¿y si vamos ya hacia allí?-le propuse mirándola.-No querrás quedarte atrás…
-Es cierto, dicen que son buenos… ¡Mierda!-exclamó mirándome, y después se rió.-No le he preguntado a Alex si son buenos…
-Ya verás, seguro que sí… Y seguro que tienes una nueva oportunidad.
-Eh, Jamie… ¿Jack no es el guitarrista? ¿No sería a ese al que te querría presentar Frank?-inquirió Maggie levantándose.
-Pues Jack se ha presentado él solito, y de qué manera-reí divertida.
-Ya te digo… Parecen majos-Maggie me observó mientras yo me levantaba.
-Sí, lo parecen-le guiñé un ojo y ambas nos encaminamos hacia el lugar donde los chicos tocarían.

viernes, 14 de enero de 2011

Capítulo 1.

Damas y caballeros, señores y señoras... He aquí uno de los mejores fics que podréis leer en la historia. Escrito por Natalia Poynter Gaskarth (autora de Is Never Enough, OMG y Going Though The Motions) y Patricia Dawson Barakat (autora de On The Road), aquí llega Stay Awake, ¡el fic que todos estabais esperando! :D
¡¡ESPERAMOS QUE OS GUSTE!!


Capítulo 1. (Maggie)
2004

El despertador sonó por enésima vez en lo que llevaba de mañana. Qué coñazo, al final tendría que llevarlo a una relojería o darle con un martillo. Lo volví a apagar y continué haciendo los deberes de francés que la profesora nos había mandado. Sí, menudo planazo para un sábado. Bueno, aún me quedaba el consuelo de que esa noche Jamie y yo iríamos al cumpleaños de Frank, un  chico de nuestra clase de historia que cumplía los dieciséis. Decían que iba a ser épico, que tocaría un grupo bastante bueno y que se colaría alcohol, además, Frank era de confianza y Jamie y yo no pudimos decir que no.
El móvil sonó. Joder, así no me podía concentrar en francés.

-¿Diga?
-Soy yo, idiota –rió Jamie al otro lado-. Te espero en mi casa a las doce y media, comes aquí y nos arreglamos aquí. ¿Vale? Hasta luego.

Y colgó. Suspiré, las manías de Jamie. Miré el reloj: las doce. Me puse corriendo algo decente y, tras meter en una mochila mi vestido, los tacones, el pijama y la bolsa de aseo con el maquillaje, rímel (y demás artilugios estéticos) y el cepillo de dientes. Tras dejarle una nota a mi familia (la cual se encontraba ausente) diciendo que iba a comer y a dormir en casa de Jamie, cogí la cartera, el iPod, las llaves y el móvil y me fui.
El trayecto hasta la casa de Jamie no era muy largo: vivía al final de la calle, a unos quinientos metros de mi casa. Cuando llegué, apagué el iPod y toqué tres veces, algo que siempre hacía. Ella me recibió con uno de sus abrazos, me quitó la mochila y la subimos a su habitación, la cual estaba forrada con posters de grupos.

-Bueno, ¿lista para la mejor fiesta del curso? Dice Frank que me va a presentar al guitarrista de la banda que va a tocar –me dijo ella, emocionada-. Es muy amigo suyo y al parecer somos parecidos.
-Oh, entonces también será tonto. Pobre –recibí un almohadazo de su parte.
-Venga, vamos a comer, que tenemos que estar perfectas a las siete.
-¿A las siete? Dios, Jamie, ¡quedan seis horas! Vamos a relajarnos un poco.
-¡¡No!!

Al final, acabamos viendo la televisión mientras comíamos unos rollitos de primavera y arroz tres delicias de un restaurante chino. Nos quedamos un buen rato vagueando y hablando hasta que, a las cinco, ella comenzó a meterme prisa para arreglarnos.

A las siete y media, las dos llegamos a casa de Frank, perfectas. Jamie vestía una falda ajustada negra con una camiseta por la cintura celeste, iba preciosa. Además, los zapatos que llevaba, negros con poquito tacón, le estilizaban bastante las piernas. Yo llevaba un vestido azul marino con unas manoletinas blancas que me encantaban. Al llegar, el mismo Frank se encargó de recibirnos.

-Hola, chicas… vaya, venís guapísimas –sonrió.
-Gracias Frank, tú tampoco estás nada mal –contesté.

Nos acompañó hasta el jardín trasero, donde había una carpa con mucha gente bailando al ritmo de la música.

-¿Queréis algo de beber? –preguntó él.
-No, gracias –sonrió Jamie-. Eh, Magg, voy a saludar a las chicas, ¿ahora vienes?
-Sí, no te preocupes.

Cuando se alejó, Frank me miró con una sonrisa que, para ser honestos, no me gustó nada.

-¿Vodka con limón?
-Claro –sonreí.
-Aquí tienes. ¿Me acompañas un momento? Te quiero enseñar una cosa.
-Claro.

No debería haberlo hecho, lo sabía. Me guió por el interior de la casa hasta un armario en el que ponía “7 minutos en el cielo”. No, no, no. Mierda.

-Ven…
-No, Frank.
-¿Cómo que no? Lo pasaremos bien.
-No quiero.
-Venga, sólo serán siete minutos, Maggie…
-He dicho que no, Frank.
-Venga…

Me cogió la mano y me metió a la fuerza en el armario. Maldije a todos sus antecedentes en susurros. Intentó besarme, pero siempre giraba la cara. Intenté más de una vez abrir la puerta, pero no pude. Dios.
Su mano se coló por debajo de mi vestido, y le pegué una bofetada. ¿¡Quién coño se creía?! Por Dios, necesitaba salir de allí, quería llorar.
Por suerte para mí, la puerta se abrió. Un chico alto y guapo nos miró, extrañado.

-Oh, lo siento, iba a dejar mi chaqueta…
-¿No ves que está ocupado, Alex?
-No, Dios, no, déjame, pesado.

Salí como pude, pero tropecé con el supuesto Alex y caí sobre él en el suelo.

-Lo siento, de verdad, pero es que tengo que salir de aquí… -me excusé, levantándome.
-No pasa nada –sonrió él, amablemente, para luego mirar a Frank-. No vuelvas a hacerlo, Frank. Ya sabes lo que pasó la última vez. Nadie más se lo merece, y creo que una chica como…
-Maggie –continué.
-… menos. Así que aplícate el cuento.

Frank se quedó cortado y salí al jardín con Alex, que se había asegurado de acompañarme hasta allí.

-Lo siento, con las prisas, no nos hemos presentado como es debido… -dijo él, frotándose el cuello. ¡Eh! ¡Hacía como yo cuando estaba nerviosa!
-No pasa nada… Yo soy Maggie, pero me llaman Magg también –sonreí, ofreciéndole mi mano.
-Yo Alex, soy el cantante de All Time Low –él la aceptó y la estrechó.